miércoles, 22 de setiembre de 2010

Quizá en Noviembre

La vida se divide en dos clases de personas, a saber, los que van de sobraos y a los que siempre les hace falta algo.

Bueno, también están los neutros (que no sé si considerarlos como una o media categoría). Neutros que se lavan el carácter con lejía, y que no van de nada. El blancor indolente que producen sus salivas hace que retengan las hieles y las mieles y, al final, resulten ser como las figuras del Museo de Cera. No sienten nada y viven con el omeprazol en la mochila (Labordeta...d.e.p)

A todo esto, no sé por qué empiezo hablando de los sobraos, los neutros y los faltones (de que les falta algo en sí mismos, no de que insulten...aunque esa también podría ser otra categoría...)

En fin, no sé por qué, ya que de lo que quería hablar realmente es de las serpientes, bueno, del cambio de piel que se produce en septiembre. Mientras, mi imaginación se pone en marcha y vuela poniendo los restos de mi piel en el brocal de un pozo, para ser encontrada a continuación por alguien que me conozca y, quizá, piense: "mira, es suya sin duda, no es muy larga, blanquita, tiene algunos picos en los laterales, sin duda por sus arrebatos de carácter o emocionales que nunca he llegado a entender..."

Vaya, me estoy yendo por las ramas.
En realidad, yo quería hablar del cambio de piel que se produce en este tiempo de los tontos, todos tanto..., en el cual no se sabe si es mejor calzarse el zapato cerrado (para acabar asfixiándote a media mañana) o el abierto (con el que te hielas en ciertas partes del día) o, ya que te da, ponerte unos peep toe, al Letizio´s way of life from the top, y ver la vida a 20 cm de altura, como hace Paz Vega en la presentación de su último niño vía Hola, que parece que se va a descoyuntar y se va a meter en una caja del tamaño de un cubo rubik.

El pie de Paz aparece tan flexionado, que parece Pinito del Oro haciendo de Audrey Herpburn, o sea, haciendo proezas pero manteniendo en todo momento esa cara de monja que lo da todo por los demás y siempre sonríe, aunque los nazis quieran llevarse a la familia Trapp y ella, en el fondo, ansíe poseer castamente al patriarca, mientras los niños cantan en algún lugar del Convento...Edelweiss.

Y es que, hay que ver el empeño que ponen los asesores de imagen de Paz Vega en que parezca una calcomanía de Audrey, con su coletita alta, su mohín inexplicable de ternura...solo falta un cervatillo acompañándole a comprar al Mercadona y custodiando el carrito en la cola.

En realidad me encantaría poder hacerlo en algún momento, yo iba a hablar de las serpientes y del cambio de piel en estas fechas, con ejemplos, visión particular de las cosas y tal pero, me temo que tengo una imagen tan reconcentrada sobre ello y conceptualizada a la par, que creo que aun necesitaría cambiar de piel para que salieran las palabras adecuadas y poder explicar todo lo que pienso con algo más de elegancia (no vale sólo la alusión a los peep toes) y una pizca de metáfora.

Quizá en Noviembre...

4 comentarios:

Capitana de los Vientos dijo...

A los neutros les faltan huevos o les falta todo porque están vacíos. Yo los meto en el saco de los faltones.

De las serpientes y los cambios de piel siempre me dio repelús hablar, me gustan más para los bolsos. Lo mismo porque me dan grima o porque temo muchisímo a las víboras... tampoco me he parado yo a reflexionar. Maybe en Noviembre.

Buena entrada al otoño para ti también.

sinfonía agridulce dijo...

Los neutros desayunan lejía con galletas...

Las víboras, en realidad, son seres asustadizos que utilizan la lengua para que no se les note que están cagados (con perdón)

Ojalá el otoño nos traiga algo más que la caída de la hoja...

Besos!!

Capitana de los Vientos dijo...

Hala! ¿Mujer de carácter? jajaja

sinfonía agridulce dijo...

¿Quien es la mujer de carácter?
¿Qué es el carácter?

Probablemente un efecto secundario del día de diario ;)