martes, 11 de octubre de 2011
Tirón de orejas
Andrés Neuman - "Hacerse el muerto"
Ejem, creo que el libro que me estoy leyendo me ha dado un tirón de orejas...
jueves, 9 de junio de 2011
Silvia
domingo, 23 de enero de 2011
Los de siempre
Se da además la circunstancia de que cada uno de los jugadores utiliza un folleto de instrucciones distinto. Este señor de 55 años, por ejemplo, acaba de caer en la casilla del paro, de la que no es previsible que salga en mucho tiempo. Este de aquí también, pero este de aquí es diputado, de modo que el Congreso se hará cargo de sus cuotas de la Seguridad Social hasta que sea menester.
¿Por qué esa diferencia entre unos y otros? Ya se ha dicho: porque no juegan con las mismas reglas. A esta mujer, por poner otro ejemplo, le han caído ocho años de inhabilitación por prevaricadora, pero según su folleto de instrucciones tiene derecho a la protección del partido político al que pertenece. Este otro individuo es un ladrón, pero juega con una carta secreta por la que le prescriben los robos antes del juicio. Y no nos importa nada, nada, porque en los juegos de mesa jamás llega la sangre al río.
Si la realidad fuera auténtica, y no este sucedáneo, las iniquidades en curso provocarían motines, huelgas, asonadas, revueltas, levantamientos ciudadanos... La realidad artificial, en cambio, produce mayormente resignación, de modo que cuando nos tienden una trampa los jugadores nos culpamos a nosotros mismos de lo ocurrido: esto me pasa por negro, o por pobre, o por ingenuo, o por inmigrante, o por alto, o bajo, o listo, o tonto, o escritor, o fontanero... No sabe uno con qué folleto de instrucciones educar a los vástagos.
Es como si el horno viniera con mil normas de uso, todas contradictorias entre sí. El problema es que los que se asan son siempre los mismos."
Juan José Millás - El País - Viernes 21 de Enero de 2011
miércoles, 12 de enero de 2011
Paseo por una cinta de gimnasio
viernes, 31 de diciembre de 2010
(Des) Propósitos
Desteorizarme, descomerme, desconvencerme, desoírme, desescucharme, desleerme, desescribirme, desamarme, desandarme, desvivirme, desaprenderme, descreerme, desnacerme, descomprobarme, desgolpearme, desavanzarme, despresionarme, desdormirme, desllorarme, desbordearme, desalquilarme, desinvertirme, desemplearme, desfamiliarizarme, desinventarme, desideologizarme, desnortarme, desayunarme, desabrocharme, desasomarme, desertarme, desembarazarme, desmemoriarme, desvencijarme, desdecirme, descerrajarme, desviarme, desmejorarme, desmarcarme, desmadejarme, desmocharme, desmovilizarme, desmigarme, desinsectarme, desintoxicarme, deslizarme, desmadrarme, descalcularme, desrazonarme, desafirmarme, deshuesarme, desgajarme, desterrarme, desgañitarme, desfibrilarme, desencontrarme, desgozarme, desengañarme, desencenderme, desapagarme, desespesarme, debilitarme, desmasturbarme, despreciarme, desmayarme, desborrarme, desalojarme, desalmarme, desvivirme, desaguarme, descalzarme, desenturbiarme, descorcharme, desenfadarme, desviscerarme, desacentuarme, desalarmarme, desinfartarme, desmilitarizarme, desposibilitarme, desespañoli-zarme, desconflictuarme, descompletarme, desglobalizarme, desemplearme, desinteresarme, despersonalizarme, desalfabetizarme, desliarme, desradiarme, despublicarme, desmoralizarme, desinhumarme, descristianarme, desbarrancarme, descomplicarme, desafrancesarme, destilarme, desposibilitarme, desencantarme, desdoblarme, desenorgullecerme, decapitarme, desorbitarme, descalzarme, desabrirme, desfondarme, deletrearme, desventrarme, desinvernarme, desdecirme, desembutirme, desempeñarme, deshipotecarme, desputearme, desafeitarme, deslavarme, desarreglarme, desdrogarme, descocinarme. Deslumbrarme.
Juan José Millás
El País 31/12/10
Feliz año 2011 y que todos podamos desaprender las cosas mal aprendidas y aprender, sin darnos cuenta, las que realmente merecen la pena.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Bienvenidos al Imperio Austrohúngaro
O sea, adiós y muchas gracias por volar con nosotros, esperamos que nos elija en su próximo viaje.
La mujer que ha sido agraciada con el gordo de la lotería de navidad, cae al suelo como una plancha de plomo pero, eso sí, con el décimo tan bien sujeto en la mano que parece haberle jurado amor eterno.
A partir de ahí, los mecanismos subsiguientes a la falta de aire se ponen en marcha y la vida de la mujer que ha sido agraciada con el gordo de la lotería de navidad empieza a pasar por delante de ella como en un plano secuencia, mientras ella lo observa todo con el pensamiento de que los cines invisibles del limbo son una pasada, ya que las butacas flotan en el aire y sus conversaciones pasadas, con gentes de otros países en viajes universitarios antiguos o en el de bodas, salen subtituladas.
- ¿De qué vivirán los dobladores aquí? - pensó.
El plano secuencia se resumía en:
Nacimiento, primera teta, primera comunión, primera colonia, primera alegría, primera regla, primera decepción, primer beso, primer matrimonio, primer hijo, primer trabajo, primer guantazo de su marido y, en la recta final, primer gordo de navidad, primer colapso y primera (y única) muerte.
La mujer que fue agraciada con el premio gordo de la lotería de navidad y murió de la emoción, exigió a Dios que, ahora que podía encarrilar su vida (porque el dinero no da la felicidad, pero ayuda a sobrellevar el pago del ático con piscina en la terraza), no podía hacerle esto, a lo cual ÉL hizo caso omiso ya que se encontraba preparando los siguientes planos secuencia de los próximos en llegar al limbo, porque básicamente el personal de la productora se encontraba en huelga por falta de pago y, como Dios es jefe y autónomo, allí andaba intentando ÉL solo que el cine siguiera funcionando con normalidad.
- Hola, ¿qué tal?. Bienvenida al cielo. Luis a su disposición - se acercó un señor con traje British style, barba blanca y gafas.
- Hola, soy Teresa. Encantada, si es que estar muerta y encontrarse a alguien puede ser algo encantador - contestó triste la mujer.
- Por aquí las noticias corren como la pólvora y ha llegado a mis oídos que le ha tocado el gordo de este año.
- Si, pero aquí no hay Corte Inglés ni Zara y, como comprenderá tenerlo es como no tener nada.
- No sé si me habrá reconocido, pero en la tierra yo era director de cine y, por pasar el tiempo, estoy preparando mi primera película en el cielo con unos colegas de profesión que también están por aquí.
- Pues no me suena usted, la verdad - contestó Teresa.
- Da igual, he decidido que, dentro de la película, voy a hacer un plano secuencia en una casa, pasando por muchas habitaciones y con mucha gente. Usted será la mujer a la que le ha tocado el gordo de navidad y que muere de un patatús al conocer la noticia.
- ¡Guau! - se sorprendió ella.
- Más que nada es por aprovechar que sigue usted con el décimo agarrado y, de esa manera, hacer la toma más realista - apuntó Luis.
- ¿Y como se llamará la película?
- "Bienvenidos al Imperio Austrohúngaro". Mañana empezamos.
- ¡Vaya!, ¿sabía que siempre quise ser actriz? - dijo ilusionada.
- Pues nada hija, vete preparando para mañana y, sobre todo, no sueltes el décimo porque sino se joderá la escena.
- No pierda cuidado. ¡Vaya!, y yo que pensaba que el cielo iba a ser un coñazo...
Funde a blanco