viernes, 9 de octubre de 2009

El lugar donde se alojan los recuerdos

Los libros son vidas atrapadas en páginas que nos llevan a soñar lo que no fuímos, a reconocernos en lo que somos y a aspirar lo que nos podría suceder en el presente, no en el futuro ya que es algo que no existe.

Ahora que emergen con fuerza los libros digitalizados o los E-Books o como coño se llamen, que me da un poco igual porque no dejan de ser aparatos con batería que se enchufan y de repente sale una historia cuando les das al on (en fin, que el nombre me la suda un poco), pienso que si, que están muy bien, que son perfectos para poseedores de pisos de 50 metros cuadrados, que no ocupan sitio...vamos, que a la ex Ministra Trujillo le encantarían....

.....pero no hay nada como la sensación que produce ir a algún supermercado (o ultramarinos, en su versión minorista) de libros y ver los lineales divididos por autores, géneros y nacionalidades, hacer cola para poder llevárselos a casa cuanto antes y, una vez en ella, dejarlos en la mesilla o en el baño cuando cuesta que salgan las cosas o mirarlos en picado hacia el suelo, como una pelusa acogedora que se recoge igual que el tesoro perdido de un buque Español hundido hace siglos en aguas del Pacífico.

Los libros, con sus hojas, sus servilletas de papel instaladas en alguna página especial, el recuerdo de algún momento particular que empezó a vivir entre sus letras como única morada, fotos, billetes de metro, etiquetas del Zara, bares de ciudades visitadas a long time ago, entradas de museos, reservas de hotel y otras mil vicisitudes que sitúan a las vivencias que no tienen casa en una carpeta apartada, descansando entre otros recuerdos que ya no existen porque se encuentran durmiendo el sueño de los justos (o los injustos) y es como si esa vida que vivieron hubiese sido sólo unas horas con los ojos abiertos.

No hay nada comparable a la sensación de pasar una página con los dedos y encontrar momentos de la vida que la desmemoria de los días nos niega.

Los E-Books, o como se llamen, serán el regalo estrella en estas navidades-turrón de chocolate, pero a los sentimentales siempre nos quedarán las ediciones impresas, que son el lugar donde se alojan y se tocan los recuerdos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uff.. son horrorosos.. impersonales.. no me gustan un pelo.. yo no quiero uno de esos ni regalao!.. donde estén las pirámides de libros acumulando polvo en las estanterías que se quite lo demás!!

he dicho :D

sinfonía agridulce dijo...

Tania, al final todos acabaremos con uno de esos, pero para los libros de los que nos enamoremos siempre estará reservada la edición impresa...

Viva la tinta!!!

;)