martes, 23 de junio de 2009

A la vera del columpio

Hoy, más que nunca y al ser el último día de cole, los niños van igual de encasquetados en sus babis y uniformes que el resto de los días, pero van en bandadas de foto finish, como una uve de golondrinas a ras del suelo y en forma de anuncio del Benetton de todos los colores.

Apuran Junio de la mano del padre, de la madre, del actor con brazo en cabestrillo que se hace humano en el acto de llevar a su hijo a clase (aunque sea parapetado en unas gafas), del abuelo dando sentido a su parón vital auspiciado por el Imserso o de la abuela que, o se lo consiente todo o no le deja hacer nada (más bien lo primero...)

Apuran la cercanía de las 09,00 h asidos a sus mochilas y con legañas en el rabillo de los ojos.

Los niños viven con las reglas del recreo y de la figura que coge primero el columpio, que suele ser el gañán, el jefe o el que enamora a todos y todos quieren ser como ella o como él.

¿Cuantos Directores Generales, Consejeras Delegadas, CEO's y hombres y mujeres de paja (y sedal) se han fraguado a la vera del columpio?

Al final, las cosas se resumen en ser fulanito, el que le tiró de la trenza un día a menganita y a partir de ahí su enemistad es manifiesta, o zutanito, aquel que va malmetiendo a diestro y siniestro hasta que la vida le para los pies (o le encumbra hasta ser un Madoff de primera).

Al final todo es un espejo de los años venideros, pero con la corona del academicismo posterior y la educación de los degrees..

Hoy acaba el cole para los nenes que van de la mano del mayor que, se supone que sabe más (aunque a veces ellos saben Latín y nosotros solo lo chapurreamos). Dentro de unos años, estos niños recordarán los últimos días de Junio como el tiempo que pasa por encima de cada uno y formará parte de la sombra de las sombras...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Sinfonía, ambas hemos hecho una reflexión similar acerca del fin de curso. Pero aporto otra visión a tu entrada.

A veces son los propios padres los que alimentan esas diferencias, desde el inicio, a la vera de un columpio. No hay nada más que pasearse por el retiro, y ver a los niños y niñas, vestidos un martes de domingo, con sus faldas y zapatos de charol, con sus calzoncillos GAP ¡por dios!.

Y al otro lado, el resto del mundo...
Si algún día tengo hijos les dejaré que se rebocen en la arena, se manchen la ropa de helado...

(recibo una gran llamada)
Por aquello de que cuando se hagan mayores no tengan que repetirse lo de "Si volviera a vivir, cometería más errores...comería más helados"...
ByA
DTX