martes, 9 de setiembre de 2008

tripas variadas

porque, además de las propias, este es un blog de tripas ajenas....

"cuelga, si quieres, que a mi me da igual, porque lo único que ahora me interesa en el mundo es mirar por la ventana y abstraerme del resto del universo. durante todo el rato que hace que estoy mirando por la ventana, no he pensado ni en el trabajo, ni en la familia, ni en ninguno de los muchos problemas que de noche no me dejan dormir. no he pensado, por ejemplo, en la vida que llevo habitualmente, ni en cómo, en lugar de saborear las cosas tal como vienen, me paso el día rumiando como tendrían que ser.

hago cuanto puedo por corregir el curso de la realidad y preverlo todo para que, si evito que haya cualquier sobresalto, el día siguiente resulte más soportable. pero preverlo todo me produce un desasosiego desmesurado, que hace que las cosas me pasen por delante como una exhalación, sin disfrutarlas.

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un beso de mi hijo, por ejemplo. no disfruto de la suavidad de sus mejillas ni de la alegría de sus ojos porque he de vigilar que no le ocurra nada y advertirle de todos los peligros: que no se suba a la barandilla del balcón, que no suba al coche de ningún desconocido, que mastique veinte veces el bocadillo. todo eso me obceca tanto que solo siento el goce del beso cuando, media hora más tarde, mi hijo ya duerme en la cama y yo me siento a descansar en una silla de la cocina y enciendo un cigarro.

me pierdo el beso de mi hijo, la amistad, el amor, las risas, el reposo nocturno, el placer de la pereza. y está claro que siento perdérmelo hoy para, cuando llegue el mañana que he preparado al milímetro con el fin de que nada falle, añorar aquello que no saboreé, pero peor sería preverlo y que ocurriera...¿qué?. siempre hay una amenaza en la que no he pensado. y cuando al día siguiente me despierto, ese día siguiente de ayer ya es el hoy de hoy.

en consecuencia, vuelvo a perderme todo cuanto tiene de bueno, porque dedico todo el día a prever al milímetro los peligros del nuevo día siguiente que se acerca, amenazador.

en todo el rato que hace que miro por la ventana no he pensado en nada de eso, y sólo el hecho de calibrar todas estas cosas me despista y hace que - aunque no dejo de fijarme en lo que veo por la ventana - no lo haga con la misma intensidad que cuando, hace un rato, además de mirar por la ventana y basta, sólo pensaba en aquello que veía por la ventana.

por lo tanto, intento eliminar del cerebro todo lo que no sea aquello que veo y, para evitar la tentación, me recuerdo nuevamente que miro por la ventana, que ése es mi objetivo y que no he de desfallecer, al menos durante algún tiempo. miro por la ventana. miro por la ventana."

quim monzó - extracto del cuento "miro por la ventana", contenido en el libro "mil cretinos"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lo que suele pasar.... que vivimos demasiado deprisa en general y no disfrutamos de los pequeños momentos, que son los que importan de verdad, hasta que tenemos un momento de descanso y nos paramos a pensar en ellos.... pero claro, ya no dejan de ser sólo un recuerdo...

Besitos :-*

Anónimo dijo...

Creo que hay muchas personas con esa forma de ser, de existir, siempre haciendo lo correcto, hacer para que no ocurra o intentar que todo vaya bien, y es un imposible, la vida llega con sus sobresaltos, en fin, la vida para vivirla.
Un besino y gracias por el apunte.

sinfonía agridulce dijo...

-montse: cuando pase diremos "miro por la ventana, miro por la ventana...". bsinos

-louise: los pequeños momentos son la vida entera, no te digo más :)

bsines