siempre hay un lugar donde las personas se reunen con sus demonios y sus deseos.
suele ser el sitio más reconfortante pero también el más incómodo.
allí, en la individualidad de su atmósfera, se tasan los peldaños subidos y los desandados y el agua hace correr un río de campanas que repican a misa o a cementerio...entonces se desvirtúa su sonido de ding dong.
"bonita es la mujer que es feliz" decía clarice lispector, así que en los lugares comunes (que es donde aparecen demonios y deseos) habrá que darle prioridad a los últimos, que siempre son más reconfortantes...
"el marido de la peluquera"-pedro guerra
besos y abrazos
lunes, 28 de abril de 2008
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